miércoles, 23 de junio de 2010

Urge cambiar el rumbo de Guatemala ahora mismo


Los índices de criminalidad en nuestra sociedad son alarmantes, un aproximado de 17 muertes al día y una estadística espeluznante del 98 % de casos que quedan impunes reflejan una sociedad en decadencia. Gustavo Porras, analista político dice que “si esto no se detiene, nos llevara a un Estado Fallido”, donde el orden y las leyes estén al servicio del crimen organizado, asociado esto con grupos sistemáticamente inmiscuidos en las entidades públicas y privadas.

Tan solo hace 2 semanas aparecieron 4 cabezas en distintos puntos del país al mejor estilo del cuento de Augusto Monterroso Mr. Taylor en el que se negocia con cabezas hispanoamericanas. Todo lo anterior solo deja terror y psicosis en la sociedad.

El Conflicto Armado Interno “finalizó” en el año de 1996 con la firma de los acuerdos de paz, firmes y duraderos, empero parece que ahora la guerra a tomado otros rostros y mecanismos para actuar en una sociedad conformista y pusilánime.

Hace poco el propio presidente de la mano de las comisiones de postulación nominaron a 6 candidatos a fiscal general de la nación, aún bajo el lente de la recomendación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG) que dijo que los elegidos no eran los idóneos para tal cargo, el presidente de la república hizo caso omiso y eligió al menos indicado, ya que este fiscal realizó cambios inmediatos que favorecían al crimen organizado.

Si no es por la renuncia del Dr. Castresana jefe de la CICIG, en la que pedía la destitución del fiscal del Ministerio Público (MP) por tener pruebas de ser parte de una red de adopciones ilegales y narcotráfico no se habría logrado la sentencia de la Corte de Constitucionalidad (CC) que resolvió la deposición inmediata del fiscal.

Como sociedad guatemalteca hemos avanzado poco, han sido más los retrocesos en todas las materias, económicas, políticas, culturales, sociales, etc. Problemas estructurales profundos e índices como el de desarrollo humano, el 121 a nivel mundial, tanto solo superado por Haití en América, refleja que somos uno de los países con mayor índice en desigualdad y pobreza.

Tal como dijo Eduardo Stein ex vicepresidente de Guatemala, “no podemos esperar una semana ni siquiera un día, urge cambiar nuestro país ahora mismo”.

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